Hoy voy a reflexionar hablando conmigo mismo para todo el que quiera leer esto. En otras palabras, realizaré un monólogo sobre un tema un tanto...personal.
Se trata de como he ido cambiando con el paso del tiempo...y como algunas personas han hecho cambios en mi.
Bueno, en el último curso de primaria yo era un chaval que se divertía bastante y al que le daba un poco de igual la gente en el aspecto de que si me caían bien, no veía motivos para no ser su amigo. Esto me trajo algunas burlas y bromas pesadas con el tiempo por parte de algunos/as indeseables debido a mi baja estatura, por ejemplo, o a que algunos/as amigos/as eran vistos como diferentes del resto por estupideces como aspecto físico y/o inteligencia, pero los que maduraron y aprendieron la lección se disculparon a tiempo, y obtuvieron mi perdón. Hoy en día no puedo decir que sea amigo de estas personas, pero como se disculparon, tienen mi respeto y no dudaré en ayudarles si alguna vez mi ayuda les pudiese servir de algo.
Al acabar la primaria, tuve que separarme de algunos compañeros porque íbamos a distintos centros...yo pensé que sería un adiós...y en realidad fue un hasta luego. Pero el instituto sin ellos se convirtió en un infierno para mi... Hasta que conocí a Javi.
Javi era un chico que estaba en segundo de bachillerato y que se portó muy bien conmigo cuando yo estaba en primero de la ESO. Yo por esa época cantaba en el grupo de mi hermano, y ya comenzaba a interesarme mas el rock, pero solo escuchaba grupos clásicos y suaves, solo escuchaba a Queen, AC/DC, KISS y Creedence Clearwater Revival.
Javi escuchaba metal, pero metal del duro, y aún lo recuerdo llevando su largo pelo rizado y su camiseta de Cannibal Corpse...un grupo que para mi en ese momento era muy ruidoso...porque aun no estaba acostumbrado a esta clase de música.
Conforme mas hablaba con Javi...mas me gustaba el instituto porque no solo significaba evadirme de los estupidos de mi clase sino también... Significaba un poco de...¿Admiración? No se si admiración o curiosidad pero...la voz corrió de tal forma que todos en mi clase, incluso la chica que me gustaba en primaria y que estuvo siempre en mi clase, sabían que yo era el que se juntaba con "los mayores de Bachillerato". Incluso ellos me acompañaban a mi casa...en serio, de vez en cuando me los encuentro por la calle y...muchos recuerdos vienen a mi... Muchos buenos recuerdos de dias en que el sufrimiento se iba fácilmente... Pero con el paso de los años, y el crecimiento de las personas, algunas para mejor y otras para peor, yo iba cambiando...y cada vez me hundía mas en una depresión.
Javi se fue a la Universidad, mis amigos repitieron curso, pasé de curso con los pocos que quedaron que no me caían bien...y encima agregaron a mi clase a los repetidores y liantes que conocía ya del colegio.
Debo decir que todos ellos me caían mejor que los que tenían buena fama y hasta me defendían de problemas. Yo nunca fui violento. Yo no sabía defenderme en peleas. ¿Un cobarde? Si, puede ser que esa sea la palabra... Quizás nunca fui valiente...
El caso es que...ese año conocí a mi segundo amor. Su nombre era Yolanda. (Si, se lo confesé pero... Debido a que M.C. me estaba jodiendo siempre...yo me covertí en una persona introvertida, amargada...depresiva y solo el metal mas violento me hacía sentir bien y era en esos momentos cuando mas de menos echaba a Javi. Y debido a que yo no fui su tipo y solo me veía como un amigo...ahí acabo la cosa y ella cambió tanto que ni su sombra quedó de todo lo que me gustaba de ella...)
El caso es que ese año me sumí en una profunda depresión ... No dormía por las noches pensando que a la mañana siguiente, tendría que volver a ver a M.C y soportar que todos me ignoraran, y por tanto yo ignorar a todos.
Y eso me hizo perder las ganas de todo, y comencé a cortarme. Los cortes no eran muy profundos, lo suficiente como para poder echarme agua rápido y que cicatrizara pronto para que mis padres no lo notaran. No quería encima tener que contar mi vida a un psicólogo o que me trataran como a un loco...lo que me hacía falta era...un amigo. Y la unica persona con quien simpaticé fue con Isa, la cual me contagió su amor por la lectura. A mi ya me gustaba leer pero desde que conocí a Isa me gustaba leer aún más. Le tuve y le tendré mucho aprecio a esa chica por enseñarme que ella era también diferente, pero que su sitio estaba en los libros y eso la ayudaba con todo.
Yo...me refugié en los libros, pero no en los de estudiar. Y mis compañeros pasaban de mi y no tuve ni apuntes, ni ayudas ni mierdas. Repetí curso y ahí comenzó mi felicidad. Jamás olvidaré lo bonito que fue repetir curso y conocer a parte de las mejores personas de este mundo.
CONTINUARÁ.
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